viernes, 17 de septiembre de 2010

NÁUFRAGO

Estoy en el paraíso. Tengo todo lo que cualquier hombre desearía tener. Sol, arena blanca, agua cristalina, la sombra de un cocotero, a mi espalda la selva virgen, los restos de una hoguera que hice anoche, las sobras de mi última captura... Como lo que pesco, lo que cazo y si acaso lo que cultivo, soy autosuficiente y no me hace falta nada ni nadie. 
No echo de menos el Facebook ni el Twitter, prefiero no escuchar la melodía de mi Black Berry no quiero que me llame nadie, no extraño a mi portátil, si acaso un poco a mi música pero da igual, me he fabricado una guitarra y me canto mis canciones y como coro tengo a una bandada de guacamayos o algo así. ¿Qué más se puede pedir? ¡ESTOY EN UN PARAÍSO!
Pasan barcos cargados de gente y pienso “pobres ignorantes, matarían por disfrutar de este paraíso... y míralos, inmersos en su mundo, con su mundanal ruido y sus OBLIGACIONES...” y nunca me subo a ninguno de esos barcos por más que quieran sacarme de mi isla, NUNCA, si acaso entablo conversación con algún tripulante que se aventura a coger un bote y venir a mi isla para “rescatarme”, pero nunca me subo, eso no es para mí, yo quiero mi paraíso donde mando YO, donde YO digo donde se come y cuándo, donde solo me preocupo de MI...
Amanece, es 28 de mayo, lo sé porque llevo la cuenta en una palmera y es el cumpleaños de mi amigo, que me acuerdo de él en esta isla. Llevo aquí un tiempo y parece que fue ayer cuando, tras una larga travesía de 4 años por los mares a bordo de un barco que hacia agua por todos los lados, y me empeñaba en mantenerlo a flote, termine naufragando en esta isla, en mi paraíso. Pero hoy es distinto, he visto acercarse a mis playas un navío como nunca antes había visto... No es que tenga un velamen llamativo, ni que sea un crucero de súper lujo, es un navío sencillo, bonito por fuera, pero este tiene una luz que sale de dentro, muy muy tenue que sólo a veces se ve, pero que me llama la atención. Me dan ganas de ir nadando hasta allí a ver eso que brilla... Ya se, me esperaré a que vengan sus tripulantes, siempre lo hacen, a “rescatarme”, y pediré hablar con su capitán, que me explique esa luz color verde kiwi...
Parece que en cubierta hay una gran fiesta, se oye alegría por todas partes. Cojo mi catalejo y busco su nombre en proa, “Rockconkiwi” se llama el buque...
Miro  a mi alrededor... solo hay mar y arena, la selva ya no me llama, el agua la he nadado muchas veces...pienso... “de qué me sirve estar en un paraíso, si nadie va a saber que YO he disfrutado de esto? dónde está mi cámara? tengo que hacer unas fotos y subirlas al Facebook para que sepa todo el mundo lo bonito que es estar aquí...” mierda, entonces caigo... Estoy SOLO
SOLO
Mi paraíso es estar solo, empiezo a echar de menos contarle a alguien lo que me pasa, lo que me perturba, empiezo a echar de menos el contacto con un humano...No me sirve cualquier barco, quiero el que pasó por mis playas el día 28 de mayo, quiero que me rescate su tripulación y compartir esa luz.
Estoy SOLO, tengo ganas de esa luz y esa alegría que salía de aquel barco...
Se acerca un bote, viene de ese barco, por fín! “Quiero que me saques de este infierno” le digo... “pero si estás en el paraíso, no?” me responde...Qué irónico, ayer creía que era dueño de un paraíso pero hoy veo que sólo soy un NÁUFRAGO. 

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